Aunque parecen simples y sin importancia, las heridas superficiales y pequeñas deben tratarse oportunamente para evitar complicaciones como infecciones por hongos o bacterias.

Las heridas se definen como la pérdida de continuidad de la piel ocasionadas por la intervención de un agente agresor que “rompe” la capa más superficial de la piel, ya sea por fricción, por un objeto que actúa en contra de ella, accidentes o traumatismos.

Las heridas leves pueden ser cortaduras, raspones, abrasiones o excoriaciones, que ocurren en la vida cotidiana, por la manipulación de objetos punzo-cortantes, caídas, resbalones, en la práctica de algún deporte o por el uso de ropa o calzado que genere algún tipo de fricción constante, así como en los pacientes postrados, quienes al pasar largos periodos de inmovilidad, sufren la aparición de úlceras o escaras.

Este tipo de heridas se caracterizan por un sangrado leve y por afectar únicamente a las capas más superficiales de la piel sin poner en riesgo al paciente o alguna función vital del organismo. De acuerdo con la forma en que se generaron, pueden estar acompañadas o no de moretones y suelen ocurrir con mayor frecuencia en las extremidades del cuerpo.

Las dos claves fundamentales en este tipo de heridas son: acelerar su curación y evitar la infección.

Luego de la correcta limpieza de la herida manteniéndola bajo el chorro de agua fría y secándola sin frotar con un paño limpio y suave, es necesario ventilar la parte afectada tanto como sea posible.

Es recomendable la aplicación de una capa fina de Pasta de Lassar, ya que su ingrediente principal, el óxido de zinc, ha demostrado que reduce la fase inicial de la hemorragia, además de que favorece la reepitelización, es decir, que ayuda a las células de la piel a multiplicarse para formar un nuevo tejido cicatrizal. También está comprobado que su aplicación ayuda a calmar el ardor y la posterior comezón, con la gran ventaja de que no obstruye los poros de la piel, permitiendo su correcta ventilación y oxigenación, elementos clave para la rápida reparación de la herida.

Además, ayuda a desinflamar el tejido afectado y posee acción antiséptica, por lo que ayuda aprevenir la proliferación de agentes patógenos evitando la infección de las heridas, la cual es una de las complicaciones más frecuentes de este tipo de lesiones.

Pasta de Lassar no debe aplicarse en heridas profundas, mordeduras de animales o punciones, ni ante cualquier signo de infección.